Si eres legal, eres legal
Ya han pasado cinco meses desde que esta campaña fuera lanzada por el Gobierno de España difundiéndose mediante spots publicitarios y a través de internet. Ahora que parece ser que está caída, queremos reflexionar y sin caer plenamente en la política, para no olvidar lo que fue una campaña creada por el Ministerio de Cultura gobernado por el Partido Socialista Obrero Español, gastándose la friolera de 1.712.936,95€ pertenecientes a los fondos públicos de los contribuyentes, por la adjudicación de dicha campaña. Campaña para acabar con las conductas vulneradoras de la propiedad intelectual, y la elevada incidencia de la piratería está poniendo en peligro miles de puestos de trabajo, según el Ministerio.
Si bien en un principio estaríamos en contra de la piratería como puede ser la venta ilegal de copias privadas, grabaciones en salas de cine, o el ánimo de lucro con los beneficios de la publicidad en los portales de internet, tras haber visto el spot publicitario nos enconcontramos que la campaña ataca exclusivamente al intercambio de archivos en redes p2p. Escenas como fumar delante de una embarazada, un coche a punto de llevarse por delante un carrito de bebé (quizás de una pareja que ha cruzado el semáforo en rojo), alguien rayándo con una llave la carrocería de un coche (quizás sea su propio coche), tirar un contenedor lleno de basura a la vía pública, es comparado a comprar en el "top-manta", o a descargar contenidos a través de internet. Este spot, sumado a una serie de diez mandamientos al más puro estilo Moisés en el monte sagrado Sinaí, en un acto de "concienciar" a la sociedad, ha logrado que incluso la Asociación de Internautas lleve a los tribunales la campaña.
Posiblemente, el Gobierno se podría haber gastado menos dinero e informado mejor haciendo un análisis del sector al que enfocar la campaña, o a dedicar esa gran suma de dinero a reforzar el sector audiovisual. Esto nos hace pensar que detrás de esto está la SGAE, asociación que ha conseguido que el año pasado se impusiera un cánon, aparte al ya existente en CDs y DVDs, a impresoras multifunción, discos duros, tarjetas flash, móviles, lo que encima frena más el avance tecnológico español encareciendo productos de nuevas tecnologías. Eso sin contar, todo el reembolso en cualquier local que tenga un reproductor de medios, como puede ser un pequeño televisor o radio, pueda ser una peluquería, una droguería, o una tienda de chucherías. Ahora bien, con toda esta recaudación, sólo el 4% de los autores socios de SGAE recaudan más del salario mínimo interprofesional, es decir, más de 600€ al mes.
La última novedad es la de revisar las maletas de los DJ's, pidiendo facturas de compra de los temas digitales, algo que muchas veces es imposible debido a que promos, temas propios o de colegas de profesión, son cedidos sin un papel de por medio que lo justifique. Así pues, observamos que esta sociedad gestora de derechos que tiene prohibido el ánimo de lucro, es la propietaria de un complejo conjunto de sociedades limitadas, y además de que el Gobierno no controla el reparto del dinero que recauda la SGAE. Ya que en el caso de recaudación en las obras con licencias Copyleft, al no encontrar a los socios para repartir esa parte en la propia sociedad, es ella misma la que se acaba adueñando de esa parte de beneficios, en vez de ir a parar a un fondo común, ya sea en pro de los derechos humanos, o a la difusión de cultura más independiente.
Y es que aparte de que muchas sentencias judiciales avalan la legalidad del intercambio de copia privada entre usuarios siempre que no haya ánimo de lucro, no hemos de olvidar de que la cultura es un bien común, y de que si observamos un lienzo o fotocopia de "Las Meninas", nadie está pagando un canon a la familia de Velázquez por observarlo, ni el propio local paga la cuota mensual por derechos de pintor.
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